El fracaso de la lonja de pescado de Alicante

2022-06-03 21:56:08 By : Ms. Trina Zhou

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Una imagen de la lonja, casi sin actividad, en la dársena pesquera de Alicante.

Veinte barcos de cerco descargaron más de 18.000 cajas de melva, boquerón y sardinas, más de 150 toneladas de pescado, en un solo día de finales de mayo hace apenas cuatro años. En los mismos muelles de la dársena pesquera de Alicante hoy no hay más pesca que la que ofrecen los restaurantes cercanos, llegada si es fresca de Santa Pola o La Vila. El intento de reflotar la Lonja de Pescado que en 2016 emprendieron los empresarios Felipe Fuster y Francisco Mira, beneficiarios de la concesión adjudicada por la Autoridad Portuaria, ha fracasado.

Hasta el punto que la mercantil Llotja d'Alacant ha renunciado a los tres años que restaban de la concesión en vigor. Ayer desde la Autoridad Portuaria se afirmaba que "a pesar de la renuncia presentada por la concesionaria, la lonja del pescado del puerto de Alicante continuará prestando servicio hasta la finalización del concurso público, que se convocará si, finalmente, el Consejo de Administración aprueba la renuncia de la empresa Llotja d’Alacant".

Lo cierto es que las estadísticas entregadas a Puertos del Estado lo dicen bien claro: cero toneladas en el último mes contabilizado, marzo; 79 en el primer trimestre. En todo el año pasado, se descargaron 714 toneladas, cuando en 2020 fueron 1.282. Mientras tanto, en 2021 se descargaban en Santa Pola 2.395 toneladas; por encima de las 1.900 en Torrevieja, y más de mil toneladas en Altea, La Vila y Xàbia. En la Comunidad Valenciana, sólo Castelló supera las 3.000 toneladas anuales.

La empresa Llotja d’Alacant asumió la explotación de la lonja de pescado, que llevaba 12 años cerrada, en 2016, tras presentar un plan de negocio acorde a la situación económica del momento. Esta situación se ha visto alterada drásticamente en los dos últimos años, explican las mismas fuentes portuarias, "además de por la reducción del volumen de negocio, causado por la crisis sanitaria", por la suma de otros factores, "como la subida de precios del combustible, causada por la invasión de Ucrania, o el aumento de plazos de los paros biológicos para la pesca".

Todos estos factores, difícilmente previsibles hace seis años, han forzado un descenso importante del volumen de negocio a pérdidas, que ha llevado a la actual concesionaria a replantearse su continuidad con las condiciones pactadas en 2016.

La renuncia no impide que la misma empresa pueda volver a presentar su candidatura en el concurso público que se convoque, si bien lo hará junto al resto de empresas interesadas, en el caso de que sea aceptada la renuncia por el puerto.

Independientemente de lo que suceda una vez se convoque, la intención de la Autoridad Portuaria es articular los mecanismos necesarios para que la actividad pesquera no se vea afectada por el proceso, y continúe desarrollándose hasta la resolución del concurso, como ha solicitado la propia empresa para no perjudicar a armadores y clientes, que siguen operando con normalidad en la lonja del puerto alicantino.

De ser así, el concurso se publicaría en junio, y podría estar resuelto a finales de septiembre, siendo aplazada la renuncia de la empresa hasta el mismo momento de su resolución.

Este no es el primer fracaso que se produce en la dársena pesquera alicantina, que llegó 

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