Tras los cambios que provocó la entrada de grandes jugadores nacionales en el mercado local descubrieron que las hace únicas e imprescindibles.
En los últimos años la aparición de cadenas de farmacias de alcance nacional cambió drásticamente el panorama de la actividad.
Con una concepción del mercadeo y la atención basada sobre el modelo de las grandes superficies, promociones agresivas, financiación con tarjetas de crédito y la disponibilidad de otros bienes para el consumo además de los medicamentos, la irrupción de estas firmas revolucionó el concepto de lo que es una farmacia en la percepción popular, en una transformación vertiginosa y similar, por ejemplo, a la que experimentaron las estaciones de servicio durante la década de 1990.
Esta situación abrió un desafío para los actores locales con una abultada trayectoria en el medio. Los más consolidados adoptaron estrategias similares; otros no pudieron adaptarse o carecieron de recursos para hacerlo y debieron cerrar, y algunos sobrevivieron al embate reforzando prestaciones y servicios para atender demandas específicas a las que los grandes jugadores del rubro no están preparados para responder.
LA FARMACIA DE ACÁ A LA VUELTA
La Farmacia Termal está ubicada en Santa Fe 840. Son las 8.30 de una mañana inusualmente fresca para esta época casi primaveral y Fabián Álvarez recibe al cronista de este diario.
‘Somos una familia originaria de Sáenz Peña -cuenta-, de allí el nombre de este negocio que hace 21 años llevamos adelante aquí‘. Una pareja mayor ingresa y pide algunas hierbas que sean buenas para los riñones. ‘¿Puede ser cola de caballo o rompepiedras?‘ pregunta la mujer. ‘Puede ser‘ responde el hombre del otro lado del mostrador. Busca en un cuarto contiguo y regresa con la bolsita llena de hojas cuyo aroma es media promesa de un alivio seguro e inmemorial.
‘La gente acude por la cercanía. Somos la farmacia del barrio para las personas que viven en un radio de varias manzanas. Se genera una relación que en el trato se afianza y hace que te consulten como recién de qué manera es mejor tomar esa infusión, si con el mate o sola. Se construye confianza, y eso no te lo brinda el tipo de atención de las grandes cadenas. Sabés el nombre de pila de las personas, hasta sus apodos cariñosos. Sabés de sus dolencias cotidianas o del trance inesperado que están padeciendo. Fijate que en el centro prácticamente no quedan farmacias como la nuestra, que son puntos de encuentro de los vecinos. Y aquí hasta hay facilidad para estacionar. Esa atención personalizada creo que es nuestro punto más fuerte a la hora de competir contra los monstruos‘.
Reconoce que lo imposible es dar batalla en lo referente a perfumería. ‘Los volúmenes que manejan hacen que los precios y las ofertas que publicitan sean insuperables. Pero disponemos de esos artículos porque siempre viene alguien que los precisa o que compra la misma marca en la misma presentación, sean desodorantes, jabones, fragancias, pañales, mamaderas. Como esa parte del cuidado individual es algo muy personal, acá tienen ese producto en el estante de toda la vida‘.
Con el desembarco en Resistencia de las primeras sucursales de las grandes empresas la incertidumbre general sobre el futuro sumó una preocupación de peso. ‘Es indudable que cambiaron todo. Pero nosotros descubrimos que nuestro principal activo es la atención que damos, el tiempo del que disponemos para que la experiencia de atravesar esa puerta sea muy diferente de aquella que se brinda en otros sitios".
Cuando a media mañana el móvil retorne para tomar las fotografías, al ver el íntimo local ya colmado con apenas cuatro o cinco personas hacia la calle y tres en la atención al público uno sentirá que llega desde un afuera atolondrado que allí es necesario suspender, y que las bromas rápidas que se intercambian mientras el lente registra las imágenes se han tejido en la añosa costumbre de la complicidad.
Por avenida Ávalos casi en la intersección con Rivadavia está la Farmacia Paraná. Uno se adentra en el espacio colmado de escaparates y exhibidores y descubre que todo es actividad. Ante los dilatorios eufemismos del cronista para resultar amable, su propietario, Hugo Zacharczuk, prefiere el peso franco de la realidad, elección cuya ventaja es no perder el tiempo.
‘¿Cómo hacemos para sobrevivir? Entrando a competir en las licitaciones del Gobierno de la Provincia. Todas las farmacias de este segundo anillo céntrico tenemos que hacerlo, ya que eso permite estar en un movimiento permanente, y de allí la importancia de la política de compra local. Para mantener una estructura y un margen razonable no queda otra que pensar en negocios en volumen. Si no está ese músculo no se sostiene precisamente lo que nos identifica y nos gusta, la atención directa al público‘.
En la vidriera se destaca un cartel que invita a participar en un sorteo, y en la pared de detrás del recinto una fotografía de Zacharczuk junto a un ganador anterior. ‘Si les preguntaras a las cadenas cuál el producto que más venden te dirían que es ’no tengo, pase el siguiente’. Está muy bien que todos trabajemos de la manera que consideremos más conveniente y es muy respetable y válido, todos tenemos derecho a ejercer nuestra tarea libremente. Pero lo que nos diferencia es que acá tratamos de solucionar el problema al paciente. Las cadenas se concentran en los productos de alta rotación. Nosotros nos especializamos en esto‘ señala y toma con las manos con seguridad y firmeza las cajas celestes apiladas sobre el mostrador: ‘Son medicamentos oncológicos. Lo pusimos en la marquesina. Nos involucramos en todo el proceso para obtenerlos y para que las personas cuenten con ellos en el instante en que les urge‘.
También en la vidriera una calcomanía reza ‘Recetas magistrales‘. ‘Eso lo pasamos al laboratorio hace poco. Estamos en expansión. Algo hacemos aún acá en lo que tiene que ver con homeopatía. Pero nos concentramos en lo relativo a insumos hospitalarios. Aparte de tratar todos los días con los vecinos, mucha gente concurre porque sabe que aquí intentaremos darle una respuesta que reconforte en un momento tan delicado como es atravesar algún percance grave de salud‘.
El problema con las obras sociales, un dilema sin solución
Al hablar de la espinosa cuestión de la cobertura, los plazos y montos de pago de las obras sociales, Álvarez explica que no cree que haya tratos diferenciales respecto de las grandes cadenas.
"Quizás ellos pueden cubrir en una sola visita todos los requerimientos que le ha hecho un profesional médico a un paciente por el stock que poseen, y nosotros a veces tengamos que encargar algún que otro medicamento para la tarde o el día siguiente y eso a veces es una contrariedad. En general absorbemos la diferencia en el precio entre el momento de entrega y el de cobro efectivo, pero hasta este esquema actual se resquebrajaría con consecuencias impredecibles si ese período se estirara aún más. Dejamos de atender PAMI por los precios, los descuentos y el desfase que genera la inflación, es un costo financiero que perjudica el patrimonio. Estas tensiones se trasladan a la relación con los clientes, justamente por el vínculo que nos une. Es muy difícil decirle a alguien que está suspendida su obra social, amén de que es una situación ya de por sí complicada: otros gastos se pueden diferir, pero lo relativo a la salud es urgente y primordial".
Por su lado, Zacharczuk explica que ya no trabajan con obras sociales. "Los plazos y el financiamiento son imposibles de sobrellevar en el escenario económico actual. Fue una decisión muy dolorosa pero nos vimos obligados a tomarla para continuar".