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Descarga de cajas de bocarte en la rula de Avilés. Ricardo Solís
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La rula de Avilés y también la de Gijón se sumaron ayer con entusiasmo al reparto del siempre goloso pastel económico que representa la costera del bocarte, en plena sazón desde ayer en la costa asturiana, a donde han puesto proa la mayoría de los barcos del Cantábrico que se dedican a esta pesquería por el buen tamaño que tienen los ejemplares capturados.
En la lonja avilesina hubo subasta de bocarte de varios calibres, pero todo de categoría sobresaliente, tanto capturado por la flota de cerco durante la noche como al alba y por la mañana. En total se vendieron unas 27.000 cajas, a razón de siete kilos de media de pescado en cada una de ellas. Estas capturas las trajeron a puerto una veintena de embarcaciones gallegas, vascas y cántabras. El precio de venta rondó –y superó en muchos momentos– los 5 euros, una cifra acorde a la “excelente calidad y tamaño” de los bocartes puestos a la venta, según manifestó anoche un portavoz de la rula avilesina. Esta misma fuente señaló que “hace muchos años” que no entra bocarte de gran talla, como el de ayer, en el muelle pesquero avilesino.
El valor del bocarte lo determina, fundamentalmente, su talla; cuanto mayor es ésta, más se aprecia en la lonja. La razón es que para hacer conservas de anchoa las fábricas necesitan bocarte grande, preferiblemente, y el mismo escasea. Los ejemplares traídos ayer a puerto por los barcos encajaba sin excepción en la categoría de “menos de 30 granos”; esto es, que en cada caja solo entran 30 bocartes o menos. Hubo remesas de incluso 23 y 24 granos, verdaderas rarezas en los últimos años, en los que muchos días es normal comercializar bocarte de 50 y más granos.
La primera gran bocartada del año en la rula avilesina llega tres días más temprano que en 2021, pues el año pasado en tal día como hoy aún no se había registrado ni una sola venta reseñable de la especie, hubo que esperar, de hecho, hasta el 21 de abril. Eso sí, en el mes de mayo la lonja pesquera de Avilés se suele resarcir y anota sus mejores ventas de bocarte siempre y cuando los bancos de este pescado se mantengan a una distancia prudentemente cercana.
Al cierre de esta edición la flota –más de treinta embarcaciones– faenaba a seis millas de la costa alrededor de un punto situado entre las verticales de La Arena y Cudillero, señal inequívoca de que la gran mancha de bocarte “grande y abundante” se hallaba en ese lugar.
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