Tras más de 25 años dedicándose al mundo financiero, Marta Pastor decidió dar un giro “ético” a su vida en diciembre de 2019. Una mañana, cuatro meses antes del estallido de la pandemia, le propuso a la que hoy es su actual socia —que reside en Canadá— una idea de negocio totalmente innovadora en Europa. Unos sobres que, tras instalarlos en la nevera, garantizarían una durabilidad muchísimo mayor de las frutas y las verduras. Seis meses más tarde, cada una desde su casa —en mitad del confinamiento más estricto—, aparecía el primer sobre comercializable de Naturpod. “Hemos conseguido desarrollar una tecnología que higieniza, descontamina y mejora la calidad de lo que comemos a un coste muy bajo”, señala.
Su principal función es la absorción de etileno, que es aquella sustancia que desprenden algunos alimentos y que contribuye a que se deterioren más rápidamente. “El etileno es una hormona vegetal que acelera la maduración. Se trata de un proceso natural que, al encerrar la fruta en la nevera, se multiplica de forma exponencial”, cuenta la emprendedora. Una mezcla de arcillas naturales impregnadas del principio activo —permanganato potásico— contenidas en sus sobres puede llegar a triplicar la vida útil de los alimentos. “Estamos hablando de un ahorro anual medio de alrededor de 600 euros”.
Pastor, consejera delegada y cofundadora, dejó su trabajo como gerente de una empresa dedicada a la exportación de alimentos a países en desarrollo a principios de 2022 para centrarse solo en Naturpod. “Llevaba tiempo planteándome un cambio de trayectoria definitivo. Además, siempre he estado muy sensibilizada con el medio ambiente, la sostenibilidad de los proyectos y una dieta sana. Y esos son nuestros pilares fundamentales”, explica por videoconferencia desde su despacho en el centro de Barcelona.
Formada en economía, la empresaria catalana ha pasado por escuelas de negocios como IESE y ESADE, además de haber hecho un curso en la London Business School. Tras haber dirigido varias empresas de alimentación y gran consumo, se dio cuenta de que “necesitaba” darle una vuelta al sector de forma urgente. “Tras ver cómo se tiran más de un tercio de los alimentos, muchos de ellos tan solo por su apariencia, sentí una obligación ética de hacer algo al respecto”.
Es la primera vez que se exporta esta tecnología a Europa y se pone a disposición de los consumidores. No fue hasta 2021 cuando el producto —en forma de pequeña caja— salió definitivamente al mercado. El proyecto comenzó a andar gracias a una financiación, a base de fondos propios, que superó los 200.000 euros. Una de las claves de su éxito es el precio: 8,90 euros por una caja de tres sobres, cada uno de los cuales tiene una duración mínima de 30 días. Por ahora han alcanzado un nivel de facturación de 150.000 euros y esperan llegar a equilibrar ingresos y gastos este mes de diciembre.
Además de la venta online —que actualmente se realiza en España, Estados Unidos y Canadá—, cuentan con una red cada vez más extensa de tiendas donde se comercializa el producto, la mayoría de las cuales se ubican en la capital catalana y sus alrededores. En el ámbito nacional, prevén dar el salto a dos grandes cadenas de supermercados a partir de septiembre. “Lograr este tipo de acuerdos está siendo más complicado de lo previsto. Todos presumen de ser ecológicos y sostenibles, pero después no quieren introducir este tipo de productos alegando que los usuarios van a consumir menos y se acabarán viendo perjudicadas sus ventas”, concluye.
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