Hogares en supervivencia: las maniobras para comer cuando todo está tan caro • Semanario Universidad

2022-09-23 19:15:56 By : Ms. suzy zhou

Por Álvaro Murillo | [email protected]

Marta Sánchez Araya caminó media hora con dos nietos para llegar a un supermercado barato donde había una oferta de muslo de pollo. Compró dos piezas y una cebolla, pagó 1.693 colones y, con eso, más unas papas que tenía en la casa, pensaba sacar el almuerzo para ella, dos hijos y cinco nietos, pero antes debía caminar media hora de vuelta a casa.

La señora no vive en un lugar retirado de los comercios. Todo lo contrario, calza bien con el perfil de la “señora de Purral” que suele pronunciar el presidente Rodrigo Chaves cuando trata de hablarle al grueso de la población en el contexto actual de incremento al costo de la vida y de maniobras de los hogares para que el dinero alcance.

Vecina de La Lupita de Purral, distrito de Goicoechea, Sánchez vive en carne propia el golpe en la cartera. Lleva más de un año sin comprar carne roja, ha migrado al salchichón y el pollo solo cuando está en oferta, para hacerlo sudado y que rinda. Compran más macarrones que nunca y cambió la marca del café al más barato posible, porque no puede faltar en el desayuno junto a un bollo de pan sin nada. “Antes podíamos ponerle mantequilla o natilla, o hacer unos huevos. Ya no. No sé qué va a pasar”, cuenta.

El ingreso del hogar no ha cambiado. Ella recibe una pensión de ₡96.000, la hija ingresa un monto pequeño por las becas de dos menores en el colegio, ocasionalmente, el padre de los niños aporta algo y el otro hijo es conserje en un condominio. Ya vivían muy ajustados, pero las alzas de este 2022 los obligaron a esfuerzos mayores. Podría comprar en los minisúper más cercanos, pero había ofertas ese día. En otras ocasiones, sí acude ahí, según la constante búsqueda de precios, las sumas o restas que hace cada jornada para saber qué compra y dónde, o si del todo no compra.

“Es cansado estar buscando dónde comprar, calculando, o como hoy: tener que venir hasta aquí, pero es la única manera de sobrevivir. Y yo creo que muchas personas están en las mismas, ya no solo los pobres”, dijo mirando hacia la cuesta y los caseríos a ambos lados. ¿Lo arreglará el gobierno de Rodrigo Chaves? “No sé, no he escuchado qué dice él, pero ojalá, porque es el peor momento en muchos años”.

Acierta la señora Sánchez cuando dice que la situación presiona a todos, pero en los hogares pobres el castigo es mayor porque es donde el gasto se concentra más en la canasta básica alimentaria, justo donde se registran los peores incrementos, explica Ennio Rodríguez, presidente del Colegio de Ciencias Económicas.

Por eso, los cálculos más recientes del Colegio advierten que la pobreza quedarse en 2022 en 26% (el último dato oficial es 23%, de 2021, y la última proyección del Colegio indicaba que superaría el 27%), pero la pobreza extrema sí podría escalar hasta superar el 10% en escenarios que no son los más pesimistas.

“Hablamos de hogares donde puede que ahora no consuman mínimo calórico por persona. Por eso, las decisiones elementales, escoger productos más baratos, de menor calidad, pasarse a productos que quitan el hambre aunque no alimenten, miembros del hogar que se sacrifican para que otros coman. En resumen, decisiones de supervivencia”, explica el economista Rodríguez.

La misión de no alterar el menú

Las maniobras, sin embargo, las hacen también hogares de clase media y quizás los de más riqueza. Lo contaban Rocío Vindas y su esposo, ambos jubilados, mientras salían de un supermercado de membresía en Zapote con dos carritos llenos de artículos repetidos. “Es que nos unimos cinco casas de la familia para comprar todo en cantidades grandes y repartir lo de cada quien”, contó la mujer, socia del club.

El ahorro, dijo, puede superar los ₡70.000 y eso es un alivio para uno de sus hijos, que es profesor y tiene varias deudas. Antes compraba en un supermercado “de clase alta”, dice ella como bromeando. “Es un trabajo esto de ponernos de acuerdo en el chat, preguntar qué quiere cada uno y luego repartir y cobrar, pero vale la pena. Son cosas que uno antes no pensaba, pero la situación ha cambiado”, explicó.

Papel higiénico, aceite de cocinar, arroz, frijoles, quesos, pollo, café, pan cuadrado, carne molida, atunes, leche… la compra del mes salió por más de ₡1 millón, pero tienen una tabla en Excel que les indica que es mejor comprar así. “Además ganamos puntos por la compra y de ahí salen los pocos gustitos”, agregó el esposo de Rocío mientras cargaba el vehículo 4×4 que llama con humor “el repartidor”.

Ellos no han dejado de consumir nada. Comen lo mismo que antes de la pandemia y durante la pandemia. Sí saben que el tomate llegó a costar casi el doble, que el café subió 45% y la leche de almendras “tamaño poco”, pero su situación económica les permite maniobrar sin variar los hábitos de consumo.

Esa no es la realidad de los clientes de Alexánder Salas en Purral. Él tiene un minisúper y conocimiento diario de los malabares de la gente en el día a día. Todos los clientes llegan con calculadora en la cabeza y dispuestos a decidir el menú del almuerzo ahí mismo frente a la caja registradora.

Hace unas semanas el tomate salió de la ensalada, que se quedó con solo repollo, pepino y limón. “Nosotros dejamos de hacer la ensalada”, contestó María del Carmen Hernández, ama de casa y costurera, ahora afinada en las aritméticas de consumidora con ayuda de la calculadora del celular. Ya le ha tocado devolver productos en la caja y no quiere repetir ese sentimiento. Por eso, preguntó cuánto valía un paquete de chorizos y desistió de ellos.

Al cerrar agosto, algunos volvieron a comprar tomate, un poquito, pero ni en broma el brócoli. ¿Huevos? Sí, pero ya no el medio kilo. “Deme cuatro, por favor”, le pedía una muchacha a Salas. Van midiendo y mermando. Hernández sigue comprando lo más básico en igual cantidad, pero a veces el concepto “básico” es relativo: ha dejado de cocinar con aceite y usa margarina de marca local.

Es lo que Salas ve cada minuto en sus clientes, muchos pobres o en riesgo de serlo. “Compran más maduros y más salchichón, banano verde para sancochar… Otros sí compran bistec, pero de eso vendo un 30% menos”, explica el comerciante, que por las tardes hace de chofer en Uber.

Él también percibe que compran en menores cantidades, con el dinero que tengan en el día, aunque a la larga sale más caro comprar una bolsa pequeña de arroz que una grande. Piden tres burbujas de champú en lugar de una botella y así.

Otro cambio que ha notado es el de clientes que llegan sin sus hijos o nietos para que no les pase como a la abuela que fue por sal, nada más, y tuvo que llevarse llorando a la niña porque no podría comprarle unas galletas. Le ofreció comprarle un banano, pero no era lo mismo.

“Diay, la gente está haciendo todo lo que puede, sobre todo esta gente que vive para trabajar y trabaja para comer. Es el momento más duro que yo recuerdo desde que tengo el negocio”, hace casi diez años. Menciona también que tiene confianza en que el Gobierno nuevo mejore la situación y aplaudió la reimportación del aguacate mexicano, que ya provocó una baja en la fruta en general. También, confía en ver hacerse realidad las promesas del presidente Rodrigo Chaves sobre el arroz. Es mejor pensar optimista, dice.

La competencia también crece ante otros establecimientos, pero la da por perdida ante “los chinos”, que ofrecen precios en verduras y abarrotes bastante inferiores a los del resto de negocios. “No sé cómo hacen, si en el mayoreo la compran a un precio y la venden más barata. ¡Dígame usted si no es sospechoso eso!”, señaló Salas.

Puede ser que los comerciantes de origen chino se asocien y compren a menores precios que los demás, advirtió el economista Rodríguez, lo cual sería una ventaja enorme para el contexto actual. También, podrían llevar ventaja las cadenas de supermercados. “Para los pequeños es muy duro, pero aquí uno trata de tratar bien a la clientela que ya tiene. Porque la gente tiene que seguir comiendo, no hay otra”.

"Las pérdidas turísticas que hemos tenido (pospandemia) corresponden sobre todo a viajeros de negocios y personas que se movilizaban por tierra desde otros países de Centroamérica”, comentó el ministro Rodríguez.

Investigador de la UNA indica que decisión del Gobierno es el "preludio" de la caída de la regla fiscal, debido a la fuerte presión provocada por la inflación y la necesidad de atender necesidades urgentes, como en carreteras.

El monitoreo de precios de 31 productos de la canasta básica se realizó en 87 establecimientos ubicados en 27 cantones de las siete provincias.

Tras accidente del 17 de setiembre, MOPT y CONAVI aseguran que esperarán a que “expertos en la materia” identifiquen que es seguro transitar por ese tramo de la ruta nacional 1

Impulsado por el gobierno, el código, que se someterá a referendo este domingo, protege a sectores vulnerables de la sociedad como los discapacitados, define la violencia familiar, sexual y de género, introduce la posibilidad de que los menores estén bajo la responsabilidad de varios padres o de abuelos y parientes cercanos.

Mientras se intensifican los combates por la contraofensiva ucraniana, los referendos por anexionarse a la Federación Rusa, en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk y en las meridionales de Jersón y Zaporiyia empezaron este viernes a las 05H00 GMT y durarán cinco días.

Campus Rodrigo Facio Brenes de la Universidad de Costa Rica, en San Pedro de Montes de Oca

Tel: 2511-6725 Email: [email protected]