La historia de Pastelería La Ideal, el pequeño expendio que se convirtió en un ícono de la panadería en México - México Desconocido

2022-09-09 18:58:03 By : Mr. ZHAO BO

Cada mañana, en la Ciudad de México, pululan cientos de puestos ambulantes que ofrecen café y delicioso pan dulce salido de unas inconfundibles cajas blanquiazules. Son panecillos de la Pastelería La Ideal, uno de los negocios más antiguos y tradicionales de la capital mexicana.

Su historia se remonta a 1927, cuando don Adolfo Fernández fundó un modesto expendio de pan llamado ‘Ideal Bakery’ en el Centro Histórico. Hoy, su casa matriz aún se encuentra en el mismo local de la calle 16 de septiembre, en el edificio que durante la época colonial fue el antiguo templo y exconvento de San Francisco. Ahí, las personas se agolpaban para comprar y consumir el pan y las galletas que ofrecían.

Una publicación compartida de Pastelería Ideal (@pasteleriaideal)

Su encanto radica, por un lado, en sus más de 350 variedades de pan elaborado de forma artesanal hasta nuestros días; y por otro, en que se ha mantenido como una empresa familiar durante tres generaciones: Adolfo, abuelo; Adolfo, padre y Adolfo, hijo, y están preparando a sus sucesores.

“Es empresa familiar y todos los que se han estado en ese puesto de dueños, le ponen más, les dan más importancia a muchas cosas que si fuera un empleado más a cargo de algunas responsabilidades. Es toda la historia que tiene atrás y pues todo el trabajo de las personas que vinieron antes, cuidarlo y mantenerlo”, dijo María José Fernández, quien pertenece a la cuarta generación de propietarios y trabaja en la pastelería, al medio Culinaria Mexicana.

Una publicación compartida de Pastelería Ideal (@pasteleriaideal)

Alrededor de 150 personas laboran en tres turnos para producir entre 25 mil y 30 mil panes al día. Los aparadores están repletos de delicias de la panadería mexicana: conchas, cuernos, banderillas, campechanas, orejas, panques, pan tradicional, danés, pastas secas, pasteles de cumpleaños, bodas, bautizos, tartas, flanes, galletas, gelatinas, bocadillos, y muchas piezas más.

Al conservarse como una empresa familiar, los empleados dicen que se sienten parte de ella, y algunos tienen más de dos décadas trabajando ahí.

Todos los días, desde las 5 de la mañana, decenas de mayoristas conocidos como ‘cafeteros’ esperan a que la Pastelería La Ideal abra sus puertas. Entonces, compran las enormes cajas blanquiazules llenas de panecillos que luego revenderán en sus puestos o carritos por toda la ciudad. Los vendedores saben que tener o no este pan, puede ser decisivo para que los clientes les compren o no, pues además de ser delicioso y de calidad tiene un buen precio de venta.

Cabe destacar que el diseño de sus clásicos empaques, cajas de cartón, charolas armables y bolsas blanquiazules, no se ha modificado desde la primera generación. Por eso, cuando las personas salen orgullosas con sus compras, todos saben que llevan pan de La Ideal.

Además, cuentan con una cafetería que atiende a quienes desean detenerse para disfrutar ahí mismo de su pan con café o unas galletitas.

A pesar de la cantidad de panes que producen diariamente, cada generación se ha esforzado por mantener la calidad, el sabor y las recetas casi intactas desde sus inicios.

El pan se sigue haciendo de manera artesanal, por las manos de maestros panaderos, a diferencia de otras grandes panaderías que lo hacen con máquinas. Incluso tienen un álbum donde están todas las fotos de los panes y todas las fórmulas, mismas que nunca se cambian.

Los sobrantes de pan del día se entregan como donativos a casas hogar, lo que garantiza que cada día habrá solo pan recién hecho.

Con una historia de casi 100 años, la Pastelería La Ideal alberga uno de los secretos mejor guardados de la ciudad: el Museo del Pastel. En la parte de arriba se creó una sala de exhibición para que los clientes pudieran elegir el diseño para sus pasteles de cumpleaños, bodas, bautizos y todo tipo de eventos.

Ahí se puede encontrar cientos de pasteles acomodados cual obras de arte, con todo y ficha técnica indicando el nombre del pastelero que lo elaboró. Por su aire de galería, los propios clientes bautizaron este espacio como el Museo del Pastel, pues además da cuenta de cómo ha evolucionado la decoración de estos postres.

Aunque la mayoría de sus clientes son personas mayores, muchos llevan a sus hijos y nietos, quienes regresan después por una dosis de sabor y nostalgia.

Si bien procuran mantener sus recetas originales, con el tiempo también se han adaptado a las tendencias como el panqué de matcha, los pasteles de conejito y Ferrero, y las roscas de reyes rellenas.

Asimismo, se han adaptado a la era digital con una página web y cuentas en redes sociales, donde reflejan su esencia tradicional y moderna a la vez. Ahí comparten bellas imágenes de sus productos para captar la atención y el antojo de los más jóvenes.

Una publicación compartida de Pastelería Ideal (@pasteleriaideal)

Actualmente, además de la matriz, cuentan con cuatro sucursales, una de ellas en la calle de República de Uruguay, en el centro histórico. Las otras se encuentran en el Estado de México, en los municipios de Valle de Aragón, Ciudad Azteca y Ciudad Nezahualcóyotl. La fábrica se encuentra en San Antonio Abad, ahí se hacen los pasteles más grandes: bodas, XV años y bautizos.

Quizá cuando don Adolfo Fernández abrió aquel pequeño expendio de pan para alimentar a los paseantes del primer cuadro de la Ciudad de México, no se imaginó que éste crecería hasta convertirse en la icónica Pastelería La Ideal, un auténtico emporio panadero y referente en el gusto de los capitalinos.

¿Quieres ser un emprendedor o emprendedora? Conoce Emprendedor.com el mejor contenido de Ideas de Negocio, Startups, Franquicias, e Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Disfruta de la e-magazine de México Desconocido con acceso gratuito