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Los trabajadores de Gloria Ferrer Caves & Vineyards compartieron vítores con vino espumoso para iniciar una nueva temporada de cosecha en el Valle de Sonoma el martes por la mañana, derramando el contenido de sus vasos sobre cajas de uvas pinot noir recién cosechadas y relucientes.

Esta temporada marca la cosecha número 40 para el enólogo de Gloria Ferrer, Harry Hansen, quien ha estado monitoreando el nivel Brix (el contenido de azúcar) de las uvas pinot noir en la propiedad para indicar que están listas para convertirse en vino.

La tradición de verter vino sobre las uvas, dijo Hansen al grupo de empleados, es guiarlos hacia su próxima metamorfosis “para que sepan qué hacer a continuación”.

Los equipos empezaron a sacar uvas de las vides antes de que el fulgor del amanecer tuviera la oportunidad de tocar las vides. El director de viñedos, Brad Kurtz, dijo que la mañana fue inusualmente clara sin la niebla típica que se presenta la mayoría de los días.

"Un día menos, faltan 50", dijo Kurtz, y añadió que el primer día de la cosecha se centra en "poner a todos de vuelta en la silla de montar".

La cosecha se adelantó una semana respecto a años anteriores dado a la falta de lluvias en enero y febrero, junto con las olas de calor durante el verano. Los diversos patrones del clima de este año, dijo Hansen, es algo que dejará a los "chicos del clima": se concentrará en las uvas.

La ciencia de la viticultura ha dado saltos desde la primera cosecha de Hansen, y ha sumado dos títulos de posgrado durante ese tiempo para promover la excelencia de Gloria Ferrer y traer nuevas prácticas sostenibles a su elaboración de vinos.

No obstante, ninguna cantidad de estudios se compara con el conocimiento obtenido al tamizar entre las vides y el suelo.

“Cuanto más hago esto, más tiempo paso en los viñedos”, dijo Hansen. “¿Están madurando uniformemente? ¿Están desarrollando sabores de uva? … Esa no es información que pueda obtener sentado en una silla en una oficina”.

Poco después de tocar la campana para marcar el inicio de otra temporada de cosecha, los operadores de montacargas empezaron el proceso de trituración de 20 toneladas de uvas pinot noir cosechadas esa mañana para asegurar su frescura.

Las uvas viajaban a lo largo de una cinta transportadora hasta las tres grandes máquinas trituradoras, donde serían prensadas, machacadas y pulverizadas antes de ser escurridas en tanques del tamaño de un estudio para su añejamiento.

Pero Gloria Ferrer no es el único grupo que da la bienvenida a la nueva temporada de cosecha.

Si bien la cosecha del Valle de Sonoma y sus productores a menudo se simbolizan con uvas, son los trabajadores en los campos y la bodega lo que más aprecia Hansen.

“Las uvas son importantes, los vinos importantes”, dijo Hansen, “pero trabajo con un equipo de personas y son los que realmente hacen el trabajo preliminar”.

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